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Solucionati
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Martin Luther King, Jr.
"Yo tengo un sueño"
discurso en Washington, D.C.
Martin Luther King, Jr.
50
AÑOS
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Pronunciado: El 28 de agosto de 1963 delante del monumento a Abraham Lincoln en Washington,
DC, durante una histórica manifestación de más de 200,000 en pro de los derechos civiles para los
negros en los EE.UU. Este fue el punto de quiebre en la lucha por los derechos civiles y contra la
discriminación racial, no solo en EE.UU. sino también en el mundo.
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I Have a
Dream
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Martin Luther King, Jr. fue un
pastor estadounidense de la
iglesia bautista que desarrolló
una labor crucial en Estados
Unidos al frente del Movimiento
por los derechos civiles para los
afroamericanos .
Fecha de nacimiento: 15 de
enero de 1929, Atlanta, Georgia,
Estados Unidos
Asesinato: 4 de abril de 1968,
Memphis, Tennessee, Estados
Unidos.
Premio Nobel de la Paz, Persona
del año, Medalla Presidencial de
la Libertad, Medalla de Oro del
Congreso de los Estados Unidos,
Premio Jawaharlal Nehru.
E
stoy orgulloso de reunirme con ustedes
hoy, en la que será ante la historia la mayor
manifestación por la libertad en la historia de
nuestro país.
Hace cien años, un gran estadounidense,
cuya simbólica sombra nos cobija hoy, rmó
la Proclama de la emancipación. Este
trascendental decreto signi có como un
gran rayo de luz y de esperanza para
millones de esclavos negros, chamuscados
en las llamas de una marchita injusticia.
Llegó como un precioso amanecer al nal de
una larga noche de cautiverio.
Pero, cien años después, el negro aún no es
libre; cien años después, la vida del negro es
aún tristemente lacerada por las esposas de
la segregación y las cadenas de la discrimi-
nación; cien años después, el negro vive en
una isla solitaria en medio de un inmenso
océano de prosperidad material; cien años
después, el negro todavía languidece en las
esquinas de la sociedad estadounidense y se
encuentra desterrado en su propia tierra.
Por eso, hoy hemos venido aquí a drama-
tizar una condición vergonzosa. En cierto
sentido, hemos venido a la capital de
nuestro país, a cobrar un cheque. Cuando
los arquitectos de nuestra república
escribieron las magní cas palabras de la
Constitución y de la Declaración de Inde-
pendencia, rmaron un pagaré del que
todo estadounidense habría de ser
heredero. Este documento era la promesa
de que a todos los hombres, les serían
garantizados los inalienables derechos a
la vida, la libertad y la búsqueda de la
felicidad.
Es obvio hoy en día, que Estados Unidos
ha incumplido ese pagaré en lo que
concierne a sus ciudadanos negros. En
lugar de honrar esta sagrada obligación,
Estados Unidos ha dado a los negros un
cheque sin fondos; un cheque que ha
sido devuelto con el sello de "fondos
insu cientes". Pero nos rehusamos a creer
que el Banco de la Justicia haya queb-
rado.
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